Cuando explico en clase la crítica de Marx al idealismo alemán, me cuesta que los estudiantes entiendan por qué demonios alguien dedicó tanto tiempo y esfuerzo a refutar semejante marcianada. El secreto es que, por extraño que nos resulte, las tesis de Stirner, Bauer y compañía sobre el “espíritu absoluto” o el “único” eran la filosofía hegemónica en Alemania y afectaban mucho a los debates políticos del momento.
Del mismo modo, puedo imaginar la perplejidad de los intérpretes del siglo XXII cuando traten de entender por qué muchas personas inteligentes que vivían en la época en la que la humanidad alcanzó la mayor desigualdad material de su historia consideraron que la sociedad aumentada, la wikidemocracia y la inteligencia colectiva eran aspectos cruciales de la transformación política. Sigue leyendo